Raúl Fuentes Navarro
Una revista académica como Comunicación y Sociedad, dedicada a la diseminación de materiales científicos especializados, tiene que superar un gran número de obstáculos y mantener una constante atención sobre los cambios en sus entornos –visibles e invisibles– en muy distintas dimensiones además de la principal, que es evidentemente la de la pertinencia y calidad de sus contenidos. A lo largo de los años, esta tarea de superar obstáculos y ajustarse a los cambios en los entornos institucionales, económicos, tecnológicos, organizacionales, formales, culturales, científicos, permite –en los casos exitosos que no son la mayoría– acumular experiencia y reconocimiento de una capacidad especial, en general poco apreciada, como medio de comunicación científica acreditado y apropiado por una comunidad de investigadores, que a su vez sostiene a la revista y la impulsa a evolucionar.
Los primeros números de Comunicación y Sociedad, publicados en 1987 por el entonces llamado Centro de Estudios de la Información y la Comunicación, hoy Departamento de Estudios de la Comunicación Social (decs) de la Universidad de Guadalajara (udeg), así como la larga secuencia de ediciones que se acumula desde entonces, manifiestan la objetivación de un proyecto de producción académica que, como lo exige su propio carácter científico y su vocación universitaria, requiere del tejido y mantenimiento de una red de interlocuciones y colaboraciones múltiples: en lo temático, en lo teórico-metodológico, en lo generacional, en lo institucional, en lo nacional ... Comunicación y Sociedad representa un lugar de condensación y de flujo de una trama de conocimientos crecientemente densa en sus ramificaciones y articulaciones, que no solo pertenece y beneficia a los investigadores, profesores y estudiantes de la udeg, sino a una comunidad académica ampliamente distribuida y diversa, en plena evolución.
Este número 23 de la Nueva Época de Comunicación y Sociedad contiene nuevos productos que al incorporarse a la red de comunicación científica que sostiene a la revista, enriquecen sin duda las interlocuciones y colaboraciones posibles de la comunidad académica concernida, de donde a su vez tendrán que surgir otros muchos más. La evolución de las plataformas para la comunicación científica hace posible ahora, justamente con este número, incrementar las facilidades de las tecnologías digitales para que Comunicación y Sociedad fortalezca su capacidad de aporte mediante la incorporación al Open Journal Systems (ojs), un sistema de administración y publicación de revistas y documentos periódicos (seriados) en Internet desarrollado por el Public Knowledge Project (pkp)1 y que, como recurso abierto, evoluciona en la medida en que crece su apropiación. Esta incorporación abre nuevas posibilidades para que la revista reafirme su pertenencia a una comunidad académica global.
Pero el contenido científico de la revista continuará siendo la principal dimensión y objetivo central de la red académica de Comunicación y Sociedad. Por ello cabe destacar los nueve artículos y cuatro reseñas que componen este número, producidos en su mayoría en México (si bien en distintas instituciones y ciudades) pero también en Argentina, Estados Unidos, España y Brasil.
Abre el número el artículo de Carlos Vidales Gonzáles, “Historia, teoría e investigación de la comunicación”, que elabora una discusión analítica sobre los factores constitutivos del estudio de la comunicación que a su vez desemboca en una propuesta de reconstrucción de los fundamentos conceptuales del campo. En seguida, el artículo de Leonarda García Jiménez, “La teoría de la comunicación como matriz práctica para la resolución de conflictos”, propone una reflexión del mismo nivel, al articular una propuesta para que la metateoría de la comunicación, además de su función epistemológica, pudiera también emplearse pragmáticamente.
En el plano de la investigación empírica sobre problemas de alta relevancia social, “La política como debate temático o estratégico.
Framing de la campaña electoral mexicana de 2012 en la prensa digital” de Carlos Muñiz, al igual que “Interactividad y democracia deliberativa en el periodismo digital en México” de Lorena Frankenberg, aportan análisis rigurosos de contenido de medios periodísticos digitales con orientación hacia la cobertura de la actualidad política. Sus resultados enriquecen además un debate apenas iniciado sobre estos “nuevos” medios. En otro plano, el artículo titulado “El papel de las emociones en la incitación al consumo. Análisis de un programa radiofónico de corte religioso” de Silvia Gutiérrez Vidrio y Margarita Reyna Ruiz, analiza una emisión radiofónica que reúne de manera sumamente interesante y novedosa aspectos que solían estar convenientemente separados: las apelaciones emocionales, los discursos religiosos y la promoción del consumo de bienes materiales.
Carla Candida Rizzotto y Álvaro Nunes Larangeira, son los autores de
“Media y género. Discusiones en torno al contrato comunicacional
de un observatorio feminista”, artículo que aborda la influencia del discurso mediático en la reproducción cultural de los patrones patriarcales de la sociedad en la actualidad, y Antonieta Mercado de “Medios
Indígenas Transnacionales: El fomento del cosmopolitismo desde abajo”, un ensayo donde se discuten las prácticas comunicativas de producción mediática de los indígenas oaxaqueños migrantes en Estados Unidos. Finalmente, dos textos provenientes de Argentina: “Estudiar en Internet 2.0. Prácticas de jóvenes universitarios de la Ciudad de Buenos Aires”, una exploración empírica de los hábitos de estudio y sus cambios, de Joaquín Linne, y “Estado, mercado y medios de comunicación en el capitalismo neoliberal”, un ensayo de Pablo Schleifer que discute la articulación de esos tres factores en la transformación de los regímenes mediáticos y las luchas simbólicas involucradas en la legitimación del orden neoliberal.
Como puede verse, la gama de registros temáticos, enfoques metodológicos y niveles epistémicos de los productos de investigación publicados, continúa siendo amplia y variada, una condición que enriquece las posibilidades de debate y de articulación en la red de interlocuciones que Comunicación y Sociedad ofrece a la comunidad involucrada en el desentrañamiento de los complejos cambios de los entornos comunicativos en los que vivimos.
1 Puede consultarse en https://pkp.sfu.ca/recursos-ojs-en-espanol/
Nueva época, núm. 23, enero-junio, 2015, pp. 7-9. issn 0188-252x
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