Resumen

Los medios favorecen el debate político durante las campañas electorales, dando un tratamiento informativo particular a los asuntos relevantes. En esta cobertura destaca el uso del encuadre de conflicto que, aunque suele presentar la política como un ejercicio de confrontación y ataque, también puede mostrarla como un proceso de debate e intercambio de opiniones. Se realizó un análisis de contenido de las noticias de televisión y prensa durante las elecciones presidencial de 2018 y federal de 2021 en México. Los hallazgos confirman la existencia de dos encuadres diferenciados de “conflicto” y de “debate y acuerdo político”, detectándose en ambas campañas la conexión existente entre ambos en la cobertura mediática de las elecciones.

Resumo

Os meios de comunicação privilegiam o debate político durante as campanhas eleitorais, dando especial tratamento informativo aos temas relevantes. Nessa cobertura, destaca-se o uso do enquadramento do conflito, que, embora tenda a apresentar a política como um exercício de confronto e ataque, também pode mostrá-la como um processo de debate e troca de opiniões. Uma análise de conteúdo das notícias da televisão e da imprensa foi realizada durante as eleições presidenciais de 2018 e federais de 2021 no México. Os resultados confirmam a existência de dois enquadramentos distintos de “conflito” e “debate e acordo político”, detectando em ambas as campanhas a ligação entre os dois na cobertura mediática das eleições.

Palabras clave:
    • Framing;
    • conflicto;
    • campaña electoral;
    • prensa;
    • televisión;
    • México.
Palavras-chave:
    • Framing;
    • conflito;
    • propaganda eleitoral;
    • televisão;
    • México.

Introducción

Los medios juegan un papel crucial en la transmisión de la información política al posibilitar, gracias a su cobertura, una conexión necesaria entre políticos y gobernantes con la ciudadanía, a tal punto que se llega a plantear que esta cobertura funciona como una moneda o herramienta con la que cuentan las democracias para poder asentarse (Gerth & Siegert, 2012). Ello se debe, en gran medida, a que una democracia saludable requiere de la existencia de un público bien informado acerca de los asuntos políticos (Dimitrova & Strömbäck, 2012). Partiendo de este argumento, los medios se convierten en una fuente informativa crucial (Strömbäck & Dimitrova, 2006), en especial durante las campañas electorales donde la dependencia mediática de los ciudadanos tiende a aumentar (Bjarnøe et al., 2020; Ergün & Karsten, 2019).

Los medios transmiten las propuestas programáticas a través de la cobertura de los procesos electorales realizada en sus noticias, así como las diferentes posturas de los contendientes sobre los asuntos de importancia, una información crucial para que el ciudadano tome sus decisiones y se involucre de forma efectiva en política (Matthes, 2012). Para ello, es crucial la práctica periodística de cobertura de los acontecimientos, mediante la elaboración de las informaciones en donde se realizará un tratamiento informativo o framing particular para presentar los asuntos propios de la campaña (Bartholomé et al., 2018; Schuck et al., 2013; Strömbäck & Dimitrova, 2006). Este proceso implica, siguiendo lo propuesto por Entman (1993), seleccionar “algunos aspectos de la realidad percibida, haciéndolos más sobresalientes en el texto comunicativo, de tal manera que consigan promover una definición del problema particular, una interpretación causal, una evaluación moral y/o una recomendación de tratamiento para el asunto descrito” (p. 52).

El framing implica, por tanto, seleccionar ciertos encuadres para estructurar la información y dotarla de sentido (de Vreese, 2012; Matthes, 2012). Una práctica periodística que en el contexto de las campañas electorales denota la manera como son narradas en las noticias las propuestas, discusiones y estrategias de los candidatos y partidos, enfatizando o excluyendo posibles enfoques acerca de la realidad existente (Gerth & Siegert, 2012; Muñiz et al., 2018; Rodelo, 2020; Schuck, 2017). Se ha detectado que los medios tienden a enfatizar ciertos enfoques para presentar la política (Gronemeyer et al., 2019; Schuck, 2017; Strömbäck & Dimitrova, 2006), entre los que destaca el encuadre de conflicto (Ergün & Karsten, 2019; Muñiz et al., 2018). Este encuadre ha sido percibido como un enfoque periodístico consustancial a la cobertura de la política (de Vreese, 2014; Schuck et al., 2016), al enfatizar la confrontación y desacuerdo entre los actores políticos que en muchas ocasiones deriva en un tratamiento desfavorable de la política al vincularla al ataque y al reproche (Bjarnøe et al., 2020; Galais, 2018; Semetko & Valkenburg, 2000; Trussler & Soroka, 2014).

Pero, frente a esta idea que lleva a vincular el conflicto con la negatividad, otros autores han postulado que el encuadre debe ser concebido más bien como una manifestación del conflicto en forma de debate político (Lengauer et al., 2012; Sevenans & Vliegenthart, 2016), de tal manera que la cobertura política podría plantearse en términos de un conflicto sustantivo, centrado en ideas, asuntos y valores políticos e ideológicos (Bartholomé et al., 2018; Colvin et al., 2020) o de un encuadre de consenso o de debate y acuerdo político, donde se informa acerca de la confrontación de opiniones en la búsqueda del consenso, del acuerdo, del compromiso o de la cooperación para resolver los problemas (Muñiz et al., 2018; Walgrave et al., 2018).

Atendiendo a esta realidad presente en la literatura existente, este artículo se plantea como objetivo analizar el framing de conflicto, bien desde el planteamiento tradicional que lo vincula al ataque y el reproche, o desde el que lo presenta como debate o acuerdo político, utilizado por los medios de comunicación tradicionales -prensa y televisión- para dar cobertura a la campaña electoral presidencial de 2018 y la campaña a la Cámara de Diputados federal de 2021 en México. Cabe mencionar que la elección de 2018 supuso la llegada a la presidencia de un candidato, Andrés Manuel López Obrador, abiertamente vinculado a la izquierda y que rompía con el poder de los partidos tradicionales (Martínez Garza & Maltos, 2019). En este sentido, comparar ambas campañas es relevante en tanto se puede determinar si el acceso a la presidencia de López Obrador -y las políticas seguidas durante sus tres años de gobierno-, pudo derivar en algún cambio en el tratamiento informativo ofrecido por los medios en ambos procesos electorales.

El tratamiento informativo de la política

Alcanzar un buen funcionamiento del sistema democrático se encuentra ligado, en gran medida, a la existencia en el mismo sistema de un público bien informado acerca de los asuntos políticos, así como de la actuación que respecto a los mismos desempeñen los diferentes actores que configuran el sistema político del país (Dimitrova & Strömbäck, 2012). En este proceso de construcción del conocimiento político de la ciudadanía, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial al constituirse para buena parte de la población en una fuente esencial en su búsqueda de información política (Strömbäck & Dimitrova, 2006), tanto por medios de comunicación tradicionales como sociales. Si bien esta relación también se produce en periodos no electorales o de gobierno, es durante las campañas electorales cuando la dependencia del sistema mediático de los ciudadanos se incrementa (Ergün & Karsten, 2019; Strömbäck & Dimitrova, 2006), al presentarse una mayor necesidad de orientación para poder tomar decisiones informadas en relación con su participación política (Bjarnøe et al., 2020).

En esos momentos se intensifica el trabajo de los políticos, candidatos y partidos por establecer sus puntos de vista sobre la realidad, creándose una relación entre medios y políticos donde los encuadres de ambos actores compiten por posicionarse dentro del texto informativo (Gerth & Siegert, 2012; Rodelo, 2020). En este contexto, es necesario que los medios se preocupen por lograr una mayor neutralidad y objetividad a la hora de presentar la política, evitando sesgos mediáticos, principalmente porque es durante las campañas electorales cuando la audiencia presta más atención a la cobertura de la política en las noticias y, por tanto, puede desarrollar actitudes más críticas ante los posibles sesgos mediáticos percibidos en el trabajo periodístico (Ergün & Karsten, 2019). Esta actividad implica la producción de información a partir de un proceso de selección (y exclusión) de asuntos a los que se ofrece una mayor importancia o saliencia que a otros (Sevenans & Vliegenthart, 2016).

Sin embargo, este ejercicio profesional no concluye con esta selección de asuntos relevantes, sino que también se debe estructurar la información a través de ciertos encuadres o enfoques que ofrecerán un tratamiento informativo o framing particular de la realidad (Bartholomé et al., 2018; Dimitrova & Strömbäck, 2012). Este proceso implica seleccionar encuadres dentro del mensaje para enfatizar ciertos aspectos y consideraciones que se mantienen ante los asuntos o eventos en el debate político (Bartholomé et al., 2018) o el terreno informativo de los medios (de Vreese, 2012; Dimitrova & Strömbäck, 2012; Gerth & Siegert, 2012; Muñiz et al., 2018). No en vano, el framing se presenta como un mecanismo esencial dentro del trabajo periodístico, pues es ineludible la utilización de ciertos news frames o encuadres noticiosos a la hora elaborar las noticias (Bartholomé et al., 2018; Entman, 1993; Strömbäck & Dimitrova, 2006).

Esta importancia del framing dentro de la práctica periodística convierte en altamente importante el análisis de la manera en que los medios, a través de su cobertura informativa, presentan los asuntos y procesos políticos (Dimitrova & Strömbäck, 2012). Al respecto, son numerosos los estudios realizados desde la teoría del framing para analizar los encuadres noticiosos empleados en los medios para presentar la información política, sobre todo en periodos electorales (Rodelo, 2020; Schuck, 2017; Schuck et al., 2013). En concreto, en este tratamiento informativo suelen destacar varios encuadres, entre los que se encuentra el de conflicto (Ergün & Karsten, 2019; Muñiz et al., 2018; Strömbäck & Dimitrova, 2006). Este frame se constituye en parte esencial de la información sobre política, siendo uno de los más presentes y utilizados por los medios (Bjarnøe et al., 2020; Galais, 2018; Schuck et al., 2016) y que normalmente es utilizado para presentar de una forma desfavorable a los políticos, así como el lado más negativo de la política (Trussler & Soroka, 2014).

Por ello, no es de extrañar que este encuadre haya sido ampliamente evaluado en los trabajos sobre el framing en procesos electorales (Bartholomé et al., 2018; Dimitrova & Strömbäck, 2012). Sin embargo, su análisis implica un trabajo complejo, pues se trata de un constructo con diferentes niveles de aplicación. Esto ha llevado a trabajar habitualmente con definiciones operacionales inconsistentes, pues es difícil reducir la sustantividad del constructo a un único ángulo (Bartholomé et al., 2018). En este sentido, se ha planteado que, atendiendo a la sustantividad del conflicto, se trata de una realidad que puede ser abordada desde dos encuadres diferentes. Por ejemplo, Colvin et al. (2020) plantean la existencia de un conflicto sustantivo frente a otro disfuncional, que se centra en relaciones conflictivas e incívicas entre grupos. Por su parte, Bartholomé et al. (2018) diferencian entre un frame de conflicto no sustantivo frente a otro sustantivo centrado en ideas, asuntos y valores políticos e ideológicos.

Por otra parte, también se plantea una distinción del conflicto a partir de la naturaleza de la realidad política informada. En este sentido, se propone la existencia de un encuadre de conflicto, centrado en el desacuerdo y confrontación entre los actores, en contraposición al de consenso, centrado más en la discusión de esos actores con el objetivo de lograr un acuerdo y cooperación (Lengauer et al., 2012; Walgrave et al., 2018). Es decir, se parte del supuesto de que, más que un encuadre con dos dimensiones, se trata de dos encuadres diferenciados entre sí y que representan dos realidades desvinculadas. Es el caso de la premisa seguida por Muñiz et al. (2018), quienes diferencian el encuadre de “conflicto” frente al de “debate y acuerdo político”. Por el contrario, otros autores los perciben como dos extremos de un mismo concepto bipolar (Lengauer et al., 2012), asumiendo que el conflicto por lo normal es un precedente del consenso (Schuck et al., 2016). Antes de entrar a detallar las peculiaridades de cada uno de los encuadres encontradas en la literatura, se plantean las siguientes preguntas de investigación para su resolución a la vista de esta dispar concepción del encuadre:

  • PI1: ¿El conflicto y el debate y acuerdo político constituyen dos encuadres diferentes o existen puntos de conexión entre ambos?

  • PI2: ¿Se presentaron diferencias en relación con el uso del enfoque de conflicto y el de debate y acuerdo político en las noticias?

Uso del encuadre de conflicto en la cobertura política

Es habitual que los contenidos informativos utilicen el encuadre del conflicto para dar tratamiento a los temas públicos (de Vreese, 2012; Schuck et al., 2013; Semetko & Valenburg, 2000), tanto en la cobertura de la gestión gubernamental como de las campañas electorales (Dimitrova & Strömbäck, 2012; Schuck, 2017). Sin duda, esta especial utilización del encuadre es motivada por el hecho de que el conflicto es parte ineludible y consustancial a la política, de tal manera que se convierte en un ingrediente principal en su cobertura mediática (de Vreese, 2014; Schuck et al., 2013). De hecho, el conflicto político es parte esencial de la democracia, ya que con su utilización se contribuye al intercambio de ideas entre los diferentes actores políticos, en la lucha constante por determinar cuál es la mejor opción para lograr el desarrollo de la sociedad (Bartholomé et al., 2018).

Quizá una de las definiciones más aceptadas sobre el encuadre de conflicto es la realizada por Semetko y Valkenburg (2000), quienes plantean que este enfoque es utilizado en las noticias para enfatizar el “conflicto entre individuos, grupos o instituciones como un medio para captar el interés” de la audiencia (p. 95). La definición presenta dos dimensiones: la relativa a la descripción del conflicto y la referente a los motivos para su uso en los medios. En este sentido, el conflicto remite al desacuerdo, la disputa y la confrontación de, al menos, dos puntos de vista o posiciones acerca de un asunto y de los efectos que tiene para la sociedad la decisión que se tome finalmente sobre el mismo (Bjarnøe et al., 2020; Colvin et al., 2020; Galais, 2018; Lengauer et al., 2012). Una discrepancia que puede derivar en el ataque e incluso en reproches entre los diferentes actores (Bartholomé et al., 2018; Semetko & Valkenburg, 2000).

Por otra parte, la explicación respecto del uso periodístico del encuadre de conflicto en los medios puede hallarse en diversos factores. No cabe duda de que la negatividad constituye uno de los valores noticia de los mensajes informativos, en buena medida por ser un enfoque atractivo y demandado por gran parte de la audiencia (Trussler & Soroka, 2014). Este es un aspecto fuertemente unido al conflicto (Lengauer et al., 2012; Trussler & Soroka, 2014), lo que lleva a que el encuadre sea usado por su alto valor noticia y posibilidad de convertir la información en más relevante para los medios (Sevenans & Vliegenthart, 2016), pero también en altamente atractiva e interesante para el público (Bjarnøe et al., 2020; Galais, 2018; Schuck et al., 2016). Esto se debe a que la agresividad dota de emoción a la información, lo que consigue aumentar su probabilidad de impacto entre la audiencia (de Vreese, 2014; Lengauer et al., 2012; Schuck et al., 2016; Trussler & Soroka, 2014).

Junto a ello, también se ha señalado que este uso del encuadre de conflicto puede ser explicado más como una rutina periodística, que lleva a elaborar la información yuxtaponiendo las declaraciones de unos actores políticos con las de otros (Bartholomé et al., 2018; Trussler & Soroka, 2014). De esta manera, el uso del conflicto puede contribuir a que la información sea más objetiva y balanceada, así como a evitar sesgos políticos en las noticias al presentar las diferentes visiones sobre el asunto informado (Ergün & Karsten, 2019; Schuck et al., 2016). Sin embargo, esta expectativa puede verse truncada si la cobertura de la política se desliza innecesariamente hacia un énfasis de la crispación, del ataque y de los reproches políticos, al contribuir esta cobertura al acrecentamiento de una percepción de crisis institucional (Gronemeyer et al., 2019) y derivar en efectos negativos para la ciudadanía y el propio sistema democrático (Bjarnøe et al., 2020).

En todo caso, el encuadre de conflicto es uno de los más empleados en los medios, en especial para dar cobertura a las campañas electorales (Dimitrova & Strömbäck, 2012; Lengauer et al., 2012; Schuck et al., 2013; Strömbäck & Dimitrova, 2006). En el terreno latinoamericano, Gronemeyer et al. (2019) han detectado que este era el encuadre más utilizado en la cobertura política de la prensa chilena. Respecto al caso mexicano, Lozano et al. (2012) señalan que los medios informativos desde los años noventa han dedicado una buena parte de su cobertura electoral a los ataques y descalificaciones, en lugar de informar sobre temas y las propuestas­. Y también en el contexto electoral mexicano, Muñiz et al. (2018) detectaron que el encuadre de conflicto fue uno de los más usados en la campaña de Nuevo León de 2015, con mayor presencia en la prensa que la televisión.

El encuadre de debate y acuerdo político dentro de la información política

Aunque el framing de conflicto a menudo ha sido vinculado con la negatividad e incivismo en el terreno político, cabe recordar que también puede manifestar una dimensión más discreta de la negatividad al ser utilizado para tratar la información política. Así, se asume que el conflicto no tiene por qué implicar per se una cobertura negativa, sino que también puede ser entendido como la confrontación de diferentes ideas y posturas en torno a un asunto (Lengauer et al., 2012; Schuck et al., 2016). De esta manera, el conflicto se circunscribe más bien al ámbito del contraste de ideas y posturas diferentes dentro del debate público entre los diferentes actores que conforman el sistema político (Mazzoleni, 2010), algo esencial para el funcionamiento adecuado de la democracia (Bartholomé et al., 2018). Por ejemplo, Schuck et al. (2016) lo conceptualizan como un “rasgo natural de la democracia” (p. 190) al constituir un componente intrínseco a la política y la democracia (Bjarnøe et al., 2020).

En este sentido, se asume que el uso periodístico del conflicto puede tener efectos positivos al proveer a la ciudadanía de información para la toma de decisiones, haciendo que se genere un escepticismo saludable (Bjarnøe et al., 2020; Colvin et al., 2020; Sevenans & Vliegenthart, 2016). Esto es especialmente importante durante las campañas electorales, donde se ha registrado que la presencia de un framing de conflicto más centrado en el debate e intercambio de opiniones acerca de asuntos o medidas políticas puede contribuir al involucramiento político de los ciudadanos (Bartholomé et al., 2018; Bjarnøe et al., 2020; Lengauer et al., 2012; Schuck et al., 2016). Así, el conflicto constituye un paso previo y necesario para el consenso y la toma de decisiones para resolver los problemas (Schuck, 2017; Schuck et al., 2016), contribuyendo a la visualización del debate como fórmula esencial para la resolución de las controversias políticas (Bartholomé et al., 2018; Schuck et al., 2013).

A pesar de ello, los estudios en comunicación política han operacionalizado tradicionalmente el encuadre de conflicto, enfatizando más el desacuerdo entre actores e, incluso, los ataques y reproches realizados por unos actores contra otros (Semetko & Valkenburg, 2000). Ante esta realidad, otros autores como Bartholomé et al. (2018) plantean que el conflicto debe superar una visión que lo ata a un tono negativo general en las noticias, enfatizando más la deliberación política cívica y cortés en su operacionalización. Esta es una postura compartida por otros autores, que plantean que en la medición del conflicto se debería observar en qué medida la noticia se presenta como un debate político en la búsqueda del consenso y cooperación, a través de un discurso que enfatice una confrontación de opiniones entre, al menos, dos posturas para alcanzar el acuerdo, solucionar disputas, cooperar o incluso lograr una reconciliación (Lengauer et al., 2012; Sevenans & Vliegenthart, 2016).

Los estudios realizados hasta la fecha acerca de este encuadre de conflicto sustantivo (Bartholomé et al., 2018; Colvin et al., 2020) o de consenso (Lengauer et al., 2012; Walgrave et al., 2018) muestran que tiende a utilizarse más en tiempos no electorales, donde se realiza una cobertura con menor sustantividad y profundidad en los argumentos del debate. Mientras que tiene menor presencia en tiempos electorales, donde las noticias suelen presentar un mayor nivel de ataque, disputa, incivilidad y estrategia política (Bartholomé et al., 2018; Gronemeyer et al., 2019). En el caso de México, Muñiz et al. (2018) detectaron que el encuadre de debate y acuerdo político estaba menos presente que el de conflicto, sin observarse diferencias sustanciales en su uso entre prensa y televisión. Esta fue la única referencia encontrada acerca de esta diferencia entre medios, aunque circunscrita a un proceso electoral local, en este caso del estado mexicano de Nuevo León en 2015. Teniendo esto en cuenta, se plantearon las siguientes preguntas de investigación:

  • PI3: ¿Se presentaron diferencias entre la prensa y la televisión en cuanto a la utilización de ambos encuadres?

  • PI4: ¿Se presentaron diferencias entre las dos campañas electorales en cuanto al uso de ambos encuadres?

  • PI5: ¿En qué medida el año de la campaña electoral moderó el uso de ambos encuadres por parte de los medios de comunicación?

Método

Muestra y unidad de análisis

Tomando en consideración las preguntas de investigación planteadas, se realizó un análisis de contenido de corte cuantitativo de las noticias publicadas en prensa y emitidas en televisión durante la campaña electoral a la presidencia de 2018 y de la campaña federal de 2021 en México. En ambas campañas, el corpus de noticias se determinó a partir de un muestreo aleatorio sistemático de los diferentes meses de campaña electoral. Este tipo de muestreos han sido habituales en elecciones como las estudiadas, las cuales presentan una duración dilatada durante varios meses, frente a otras campañas como las europeas mucho más reducidas, que se extienden por unas pocas semanas. Este hecho supone un reto metodológico de cara a la obtención de la muestra, pues frente a las campañas electorales cortas donde es posible trabajar incluso con censos de noticias, en una campaña dilatada se debe buscar una muestra representativa en el tiempo. Cabe mencionar que únicamente se revisaron los días del diario, es decir, de lunes a viernes, tomando en consideración que los fines de semana no se emitían informativos de televisión.

En el caso de la campaña electoral de 2018, se trabajó conformando dos fases diferentes de recolección del corpus atendiendo a la peculiaridad de la campaña electoral mexicana. En la misma se ha definido la existencia de tres fases diferentes (Freidenberg & González Tule, 2009), donde las dos primeras, correspondientes con los primeros meses, se centran más en la presentación de las candidaturas y las plataformas, mientras que en la tercera se visualiza con mayor claridad la polarización entre los candidatos y sus estrategias para obtener la victoria (Muñiz et al., 2018). Así, se seleccionaron todas las noticias publicadas o emitidas cada cuatro días desde el 30 de marzo al 31 de mayo de 2018, correspondiendo con las primeras fases de campaña (Freidenberg & González Tule, 2009), y cada dos días entre el 1 y el 28 de junio de 2018, correspondiendo con la tercera fase de campaña (Muñiz et al., 2018).

El proceso de búsqueda dio como resultado la detección de 1 762 notas informativas o unidades de análisis. En el caso de la prensa, se analizaron 1 113 noticias (63.17%) publicadas en los periódicos Reforma (N = 343, 19.47%), El Universal (N = 158, 8.97%), Excélsior (N = 210, 11.92%), Milenio (N = 182, 10.33%) y La Jornada (N = 220, 12.49%). En cuanto a la televisión, se analizaron 649 noticias (36.83%) emitidas en los informativos matutinos (N = 365) y nocturnos (N = 284) de las televisoras Televisa (N = 227, 12.88%), TV Azteca (N = 181, 10.27%) e Imagen TV (N = 241, 13.68%) a nivel nacional. Se optó por trabajar con estos medios debido a que, aunque paulatinamente los nuevos medios o medios sociales han ido ganando espacio en la obtención de información de campañas para buena parte de la ciudadanía, la prensa y, sobre todo, la televisión siguen siendo medios importantes usados en México para seguir el desarrollo de las campañas electorales, así como para establecer la agenda política (Martínez Garza & Maltos, 2019; Muñiz et al., 2018).

En el caso de la campaña electoral de 2021, no se trabajó con los criterios de selección en dos bloques aplicados para la campaña de 2018, debido a que este proceso electoral únicamente se extendió por dos meses. Así, se seleccionaron todas las noticias publicadas o emitidas en los mismos periódicos y televisoras del anterior análisis cada dos días entre el 5 de abril y el 2 de junio de 2021. El proceso de búsqueda dio como resultado la detección de 926 notas informativas o unidades de análisis. En el caso de la prensa, se analizaron 573 noticias (61.88%) publicadas en los periódicos Reforma (N = 163, 17.60%), El Universal (N = 103, 11.12%), Excélsior (N = 133, 14.36%), Milenio (N = 56, 6.05%) y La Jornada (N = 118, 12.74%). En cuanto a la televisión, se analizaron 353 noticias (38.12%) emitidas en los informativos matutinos (N = 235) y vespertinos o nocturnos (N = 118) de las televisoras Televisa (N = 135, 14.58%), TV Azteca (N = 90, 9.72%) e Imagen TV (N = 128, 13.82%) a nivel nacional.

Libro de códigos

El libro de códigos para el análisis de ambas campañas electorales quedó compuesto por dos grandes variables que fueron evaluadas en las noticias: el encuadre de conflicto y el encuadre de debate y acuerdo político. Para ello, se siguieron las propuestas metodológicas de autores como Dimitrova y Strömbäck (2012), Semetko y Valkenburg (2000) o Muñiz et al. (2018), relativas a la operacionalización y medición de ambos encuadres noticiosos.

  • Encuadre de conflicto. La presencia en las noticias de prensa y televisión del escuadre de conflicto, que marca la presencia en la nota de información relativa a posturas encontradas e incluso a enfrentamiento entre actores, se evaluó a partir de la propuesta realizada por Semetko y Valkenburg (2000) en su versión traducida al español. En particular, la escala que mide la presencia de este encuadre se compone de tres reactivos que implican determinar si la noticia aludía o hacía referencia (1) o no (0) a “Cierto desacuerdo entre partidos políticos, individuos, grupos, instituciones o países”, a “Dos o más posturas diferentes en torno al tema o problema abordado” o a que “Un partido político, individuo, grupo, institución o país realiza algún tipo de reproche a otro partido político, individuo, grupo, institución o país”.

  • Encuadre de debate y acuerdo político. Por su parte, se evaluó la presencia en las noticias del encuadre de debate y acuerdo político, que plantea la existencia de debate o diálogo acerca de propuestas o temáticas que pueden derivar en acuerdos a partir de la negociación o la conversación entre actores. Para medir este encuadre, se utilizó una escala desarrollada y validada por Muñiz et al. (2018), que está compuesta por cuatro reactivos que evaluaban si en el relato se mencionaban (1) o no (0) los siguientes aspectos: “El debate entre actores políticos acerca de un tema o asunto concreto”, “La toma de decisiones políticas como un acuerdo entre actores”, “El acuerdo logrado por los actores tras una negociación alrededor de la decisión informada” y “La toma de decisiones políticas como escucharse mutuamente, comprensión mutua, etc.”.

Codificación y fiabilidad del estudio

En la codificación de las unidades de análisis participaron diferentes colaboradores del Laboratorio de Comunicación Política (LACOP) de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. En total, se formaron dos grupos para analizar de forma separada las noticias de prensa y las de televisión. Como paso previo, todos recibieron capacitación en el uso del libro de códigos elaborado y se realizaron varias pruebas de entrenamiento y una prueba piloto con noticias de la campaña extraídas al azar. Una vez concluido el trabajo de codificación de las noticias de la campaña de 2018, se hizo un nuevo análisis con una muestra de 160 noticias para realizar un chequeo interjueces que arrojó un valor promedio de .78 según la fórmula Alfa de Krippendorff. En el caso de la campaña de 2021, se analizaron de nuevo 117 noticias para calcular el acuerdo interjueces que arrojó un valor promedio de .73 según la fórmula Alfa de Krippendorff.

Análisis de los resultados

Tomando en consideración la primera pregunta de investigación del estudio, se procedió en primer lugar a validar ambas escalas a partir del análisis de los datos obtenidos en el análisis de contenido de la campaña electoral de 2018. Para ello, se realizó un análisis factorial de componentes principales, con rotación ortogonal varimax, para poder determinar hasta qué punto los siete reactivos de las dos escalas del estudio se organizaban entre sí en diferentes factores que representaran los encuadres noticiosos (véase Tabla 1). En consonancia con los resultados de Muñiz et al. (2018), el análisis arrojó un total de dos factores o dimensiones que en conjunto explicaban el 54.76% de la varianza, KMO = .68, χ2(21, N = 1 762) = 2 016.253, p < .001.

Resultados del análisis factorial de los reactivos constitutivos de los encuadres noticiosos en la cobertura de las campañas electorales
Reactivos constitutivos de los encuadres Campañas electorales
2018 2021
1 2 1 2
Factor 1: Encuadre de conflicto
1. En el relato se alude a cierto desacuerdo entre partidos políticos, individuos, grupos, instituciones o países. .83 .05 .87 .03
2. En el relato se informa que un partido político, individuo, grupo, institución o país realiza algún tipo de reproche a otro partido político, individuo, grupo, institución o país. .75 -.07 .76 -.10
3. En el relato se alude a dos o más posturas diferentes en torno a algún tema o problema abordado. .63 .18 .77 .13
Factor 2: Encuadre de debate y acuerdo político
4. En el relato se menciona el debate entre actores políticos acerca de un tema o asunto concreto. .39 .51 .64 .35
5. En el relato se presenta la toma de decisiones políticas como un acuerdo entre actores. .13 .78 .23 .85
6. En el relato se menciona un acuerdo logrado por los actores tras una negociación alrededor de la decisión informada. .05 .76 .10 .87
7. En el relato se menciona la toma de decisiones políticas como escucharse mutuamente, comprensión mutua, etc. -.09 .72 -.05 .42

Nota. N 2018 = 1 762; N 2021 = 926. El modelo de extracción de componentes principales con rotación ortogonal (varimax). Los factores con carga superior a .30 están resaltados en negrita.

Fuente: Elaboración propia.

Estos resultados confirmaron la validez del constructo al poderse determinar la presencia de dos dimensiones que reflejaban los dos encuadres planteados a nivel teórico. En todo caso, destacó el comportamiento del reactivo “En el relato se menciona el debate entre actores políticos acerca de un tema o asunto concreto” que presentó una carga factorial aceptable en las dos dimensiones encontradas (véase Tabla 1). Este resultado indica que se trata de un reactivo susceptible de formar parte de ambos encuadres noticiosos, aunque con una ligera carga mayor en uno que en otro. Para determinar en cuál de los dos constructos presentaba un mejor acomodo, se calculó la consistencia interna de cada encuadre excluyendo el ítem, observándose que afectaba en mayor medida su eliminación de la escala relativa al encuadre de debate y acuerdo político suponía un impacto mayor.

Para confirmar esta estructura de los dos encuadres, se procedió a realizar un análisis similar con los datos obtenidos durante la campaña electoral de 2021 para dar respuesta a la primera pregunta de investigación. De esta manera, se realizó un análisis factorial de componentes principales, con rotación ortogonal varimax, que arrojó de nuevo dos factores o dimensiones que en conjunto explicaban el 60.10% de la varianza, KMO = .70, χ2(21, N = 926) = 1 799.475, p < .001. Estos resultados reafirmaron la validez del constructo detectada en los datos de 2018, con un comportamiento similar entre ambas campañas. En este sentido, de nuevo el reactivo “En el relato se menciona el debate entre actores políticos acerca de un tema o asunto concreto” puntuó en ambos encuadres, confirmándose por tanto que es un ítem susceptible de formar parte de ambos encuadres noticiosos (véase Tabla 1).

Finalmente, se calculó la fiabilidad o consistencia interna de ambos encuadres, es decir, el grado en que todos los ítems contemplados para crear las escalas realmente contribuyen a la conformación de los constructos analizados. En el caso del encuadre de conflicto, la fiabilidad fue aceptable, tanto en prensa (α2018 = .60; α2021 = .73) como en televisión (α2018 = .66; α2021 = .80) en ambas campañas electorales estudiadas. Por su parte, la escala del encuadre de debate y acuerdo político presentó consistencia interna aceptable tanto en la televisión (α2018 = .76; α2021 = .62), como en la prensa (α2018 = .61; α2021 = .65). Estos valores son similares a los obtenidos en otros estudios previos que han utilizado estas escalas para medir encuadres noticiosos (Dimitrova & Strömbäck, 2012; Muñiz et al., 2018; Semetko & Valkenburg, 2000).

En el siguiente de los análisis realizados se procedió a determinar el nivel de presencia de los dos encuadres dentro de las noticias, buscando dar respuesta a la segunda pregunta de investigación. En el caso de la campaña de 2018, se percibió una clara diferencia a nivel estadístico en relación con el uso realizado de cada encuadre, t(1761) = 20.819, p < .001, d = 0.61, 95% IC [0.16, 0.19] (véase Tabla 2). El análisis comparativo arrojó una diferencia moderada entre ambos encuadres, atendiendo al valor del tamaño del efecto detectado (Cohen, 1988), siendo en todo caso el encuadre de conflicto el enfoque dominante en las noticias analizadas (M = .28, DE = .33) frente a la utilización del encuadre de debate y acuerdo político para elaborar las informaciones (M = .11, DE = .22). Además, aunque tendió a haber una asociación entre ambos encuadres, esta fue débil, r(1760) = .227, p < .001. Ello indica que, en general, aunque había noticias donde se enfatizaron ambos encuadres de forma conjunta, la tendencia era que cada uno fuera dominante en cierto tipo de noticias.

Nivel de presencia de cada encuadre noticioso en las diferentes campañas electorales
Conflicto Debate y acuerdo político t p d de Cohen
M DE M DE
Campaña electoral 2018 .28 .33 .11 .22 20.819 < .001 0.61
Campaña electoral 2021 .45 .40 .18 .26 20.511 < .001 0.80

Nota. N total = 2 688; N 2018 = 1 762; N 2021 = 926

Fuente: Elaboración propia.

Por su parte, en el caso de la campaña de 2021 se detectó una diferencia similar a nivel estadístico respecto del uso de cada encuadre, t(925) = 20.511, p < .001, d = 0.80, 95% IC [0.24, 0.29] (véase Tabla 2). El análisis comparativo arrojó una diferencia fuerte entre ambos encuadres (Cohen, 1988), siendo en esta campaña el encuadre de conflicto el enfoque dominante en las noticias analizadas (M = .45, DE = .40) frente a la utilización del encuadre de debate y acuerdo político para elaborar las informaciones (M = .18, DE = .26). Además, aunque la asociación entre ambos encuadres fue algo mayor que en 2018, r(924) = .352, p < .001, de nuevo se pudo hacer una misma interpretación acerca del uso diferenciado de ambos encuadres en la mayoría de las noticias.

Una vez revisada la validez de las escalas y prevalencia de los encuadres dentro de los contenidos analizados, se pasó a dar respuesta a las preguntas de investigación tercera, cuarta y quinta para cada encuadre. Al contar el estudio con dos variables independientes (medio de comunicación y campaña electoral) que podían predecir el comportamiento de ambos encuadres dentro de las noticias, se utilizó como prueba estadística para dar respuesta a las preguntas del análisis factorial de varianza (UNIANOVA). Mediante esta prueba se puede observar tanto el efecto principal de cada variable independiente en la dependiente, como también el posible efecto de interacción, es decir, el producido cuando una variable independiente (campaña electoral) modera la influencia de la otra independiente (medio de comunicación) utilizada sobre la dependiente observada (encuadre noticioso).

Con relación al uso del encuadre de conflicto (véase Tabla 3), el análisis factorial de varianza (UNIANOVA) realizado permitió observar la existencia de diferencias estadísticamente significativas entre ambos medios, F(1, 2 684) = 14.291, p < .001, ηparcial 2 = .005. En este sentido, las noticias de prensa tendieron a utilizar en mayor medida el encuadre de conflicto (M = .36, DE = .37) que las de televisión (M = .30, DE = .37). Asimismo, se detectó un efecto principal de la campaña electoral estadísticamente significativo, F(1, 2684) = 132.056, p < .001, ηparcial 2 = .047. De esta manera, se observó que en la campaña electoral de 2018 tendió a presentarse en menor medida el encuadre de conflicto (M = .28, DE = .34) que en la campaña de 2021 (M = .45, DE = .40), donde se incrementó notablemente la presencia del encuadre.

Nivel de presencia del encuadre de conflicto en medios y campañas
M DE F gl p η parcial2
Medio decomunicación 14.291 (1, 2 684) < .001 .005
Prensa .36 .37
Televisión .30 .37
Campaña electoral 132.056 (1, 2 684) < .001 .047
2018 .28 .33
2021 .45 .40
Medio x Campaña 6.586 (1, 2 684) .010 .002
Prensa y 2018 .32 .34
Televisión y 2018 .22 .31
Prensa y 2021 .45 .40
Televisión y 2021 .43 .42

Nota. N prensa = 1 686; N televisión = 1 002; N 2018 = 1 762; N 2021 = 926

Fuente: Elaboración propia.

Finalmente, también se detectó un efecto de interacción entre ambas variables independientes (medio x campaña) estadísticamente significativo sobre el uso del encuadre de conflicto, F(1, 2 684) = 6.586, p = .010, ηparcial 2 = .002 (véase Tabla 3). Este resultado pone de manifiesto que, más allá de las diferencias detectadas entre medios y campañas descritas con anterioridad, el uso diferenciado del conflicto detectado entre prensa y televisión se vio alterado por el cambio entre campañas electorales (ver Figura 1). Para determinar cómo se manifestó esta moderación, se realizó una comparación a partir del modelo de Bonferroni. Los resultados permitieron determinar que, mientras que en la campaña electoral del año 2021 no se presentaron diferencias entre ambos medios, en la de 2018 sí se detectaron diferencias a nivel estadístico, siendo mayor la presencia del encuadre de conflicto en la prensa (M = .32, DE = .34) que en la televisión (M = .22, DE = .31).

Efecto moderador de la campaña electoral en la utilización del encuadre de conflicto por los medios de comunicación

Fuente: Elaboración propia.

Con respecto a la presencia del encuadre de debate y acuerdo político en las noticias (véase Tabla 4), el análisis factorial de varianza (UNIANOVA) realizado permitió determinar la existencia de diferencias significativas a nivel estadístico entre los dos medios de comunicación, F(1, 2684) = 27.720, p < .001, ηparcial 2 = .010. En este sentido, las noticias de prensa tendieron a utilizar en mayor medida el encuadre de conflicto (M = .15, DE = .25) que las de televisión (M = .09, DE = .21). De igual forma, se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre ambas campañas electorales, F(1, 2684) = 70.296, p < .001, ηparcial 2 = .026. Así, se observó que en la campaña electoral de 2018 tendió a presentarse en menor medida el encuadre de conflicto (M = .11, DE = .22) que en la campaña de 2021 (M = .18, DE = .26), donde se incrementó sensiblemente la presencia del encuadre.

Nivel de presencia del encuadre de debate y acuerdo político en medios y campañas
M DE F gl p ηparcial 2
Medio de comunicación 27.720 (1, 2 684) < .001 .010
Prensa .15 .25
Televisión .09 .21
Campaña electoral 70.296 (1, 2 684) < .001 .026
2018 .11 .22
2021 .18 .26
Medio x Campaña 16.054 (1, 2 684) < .001 .006
Prensa y 2018 .14 .23
Televisión y 2018 .05 .17
Prensa y 2021 .18 .27
Televisión y 2021 .17 .25

Nota. N prensa = 1 686; N televisión = 1 002; N 2018 = 1 762; N 2021 = 926

Fuente: Elaboración propia.

En último lugar, se analizó el efecto de interacción entre ambas variables independientes (medio x campaña) sobre el uso del encuadre de debate y acuerdo político, el cual fue estadísticamente significativo, F(1, 2684) = 16.054, p < .001, ηparcial 2 = .006 (véase Tabla 4). Este resultado refleja que, junto a las diferencias particulares detectadas entre medios y campañas antes descritas, el uso diferenciado del encuadre de debate y acuerdo político detectado entre prensa y televisión se vio alterado por el cambio entre campañas electorales (ver Figura 2). Para determinar cómo se presentó esta moderación, se realizó una comparación a partir del modelo de Bonferroni. Los resultados permitieron determinar que, mientras que en la campaña electoral del año 2021 no hubo diferencias entre ambos medios, en la de 2018 sí se detectaron diferencias a nivel estadístico, siendo mayor la presencia del encuadre de debate y acuerdo político en prensa (M = .14, DE = .23) frente a la televisión (M = .05, DE = .17).

Efecto moderador de la campaña electoral en la utilización del encuadre de debate y acuerdo político por los medios de comunicación

Fuente: Elaboración propia.

Discusión y conclusiones

El presente artículo se planteó como objetivo estudiar el uso periodístico realizado del conflicto para dar cobertura a la campaña electoral presidencial de 2018 y la campaña a la Cámara de Diputados federal de 2021 de México por parte de la prensa y la televisión a nivel nacional. Más en concreto, se evaluó la utilización del encuadre de conflicto como enfoque vinculado al ataque y reproche entre políticos, frente al uso del encuadre de debate o acuerdo político, que tiende a presentar la política como un intercambio de opiniones en la búsqueda del consenso, tratando de determinar si constituyen dos enfoques diferentes o están conectados dentro de la práctica periodística enfocada en dar cobertura de los procesos electorales. Para dar cumplimiento a este objetivo, el trabajo se planteó contrastar o dar respuesta a las preguntas de investigación.

En relación con la primera pregunta de investigación, que cuestionaba si el conflicto y el debate y acuerdo político constituyen dos encuadres diferentes o existen puntos de conexión entre ambos, los resultados ofrecen una respuesta dual al respecto, siendo consistente este hallazgo en las dos campañas estudiadas. Por una parte, el análisis estadístico realizado lleva a asumir que existe una clara diferencia entre ambos encuadres. Pero, al mismo tiempo, es destacable que al menos uno de los reactivos utilizados ofreció una vinculación entre ambos, en particular el relativo al debate entre actores políticos acerca de un tema o asunto concreto. Este es un ítem que mide la presencia en el relato de apelaciones al debate entre los múltiples actores que, según Mazzoleni (2010), pueden conformar el sistema político, normalmente reflejando eventos como un debate electoral o un encuentro entre diferentes actores que puede llegar al cotejo de ideas o propuestas dentro del relato de la noticia. Se observa, por tanto, que el debate político constituye un punto intermedio que conecta el conflicto entendido como ataque y confrontación con el conflicto visualizado como un elemento sustantivo o de consenso, utilizado para ofrecer información acerca de la discusión política realizada para intentar lograr un acuerdo entre las diferentes posturas.

Pero, a pesar de una optimista expectativa de que en la cobertura mediática de la campaña se traslade más bien este tipo de conflicto de bajo nivel que, como se mencionó en la literatura, puede contribuir al compromiso político ciudadano (Walgrave et al., 2018), los resultados del estudio muestran que su utilización es más bien reducida en las noticias sobre elecciones de los medios, en especial la televisión. Así, en respuesta a la segunda pregunta de investigación planteada, los hallazgos obtenidos permiten concluir que los medios mexicanos tienden a enfatizar en mayor medida el conflicto en su cobertura de la campaña electoral, en detrimento del enfoque que destaca la política como un ejercicio de debate y acuerdo. Un hallazgo que, además, es consistente en ambas campañas electorales. Este resultado está en consonancia con los estudios previos que ponen de manifiesto el importante uso del encuadre de conflicto que habitualmente se hace para dar cobertura a los procesos electorales (Dimitrova & Strömbäck, 2012; Lengauer et al., 2012; Muñiz et al., 2018; Schuck et al., 2013; Strömbäck & Dimitrova, 2006).

Esto pone de manifiesto cómo el ataque y la confrontación siguen siendo elementos altamente atractivos para los medios y periodistas mexicanos a la hora de dotar de un tratamiento informativo particular a las noticias sobre la campaña electoral política, incluso cuando lo que se presenta en la noticia es un debate entre diferentes actores del sistema político. Quizá la razón a esto se encuentre en la búsqueda de captar un mayor interés de parte de la audiencia, perpetuando con ello el modelo de espectacularización e infoentretenimiento que se ha visto como dominante en la cobertura política de las elecciones en México (Lozano et al., 2012), algo que es posible que se manifieste en mayor medida en los medios privados, para los que el uso de un enfoque de conflicto puede constituir una herramienta esencial de cara a la capitalización de ingresos derivados de la publicidad.

El hecho de que el estudio se haya realizado únicamente con medios privados limita la discusión acerca del uso de estos encuadres en la búsqueda de un interés informativo, por lo que sería conveniente que futuros estudios ampliaran la muestra a contenidos informativos de medios públicos, atendiendo a su especial incidencia en la población (Martínez Garza & Maltos, 2019).

Por otra parte, y ya entrando en el análisis comparativo acerca de la utilización realizada de ambos encuadres por los diferentes medios utilizados, los hallazgos del estudio permiten dar respuesta a la tercera pregunta de investigación planteada. Aunque las diferencias fueron pequeñas (Cohen,1988), se observa sin embargo que el conflicto tiende a ser un enfoque ligeramente más utilizado por la prensa que por la televisión en los procesos electorales federales, un resultado en línea con el ya observado por otros autores y en el estudio previo de Muñiz et al. (2018) para el caso mexicano, aunque en ese caso particular respecto de la campaña electoral en Nuevo León de 2015. Es posible que la explicación a este resultado pueda venir dada por una mayor búsqueda por parte de la prensa de una cobertura objetiva que presente las visiones contrapuestas acerca de la realidad social, incluso aunque esto implique dar cobertura a las acusaciones y reproches realizados entre los diferentes actores. En todo caso, el hallazgo contribuye a conocer el tratamiento del conflicto diferenciado que realizan los medios, aunque será necesario seguir profundizando en su estudio para poder determinar si es un patrón que se repite en futuras elecciones.

Esta conclusión se ve respaldada por el resultado relativo al uso del encuadre de debate y acuerdo político. Y es que, con relación igualmente a la tercera pregunta de investigación, se observó para ambas campañas electorales una diferencia en el uso de este enfoque entre ambos medios, siendo de nuevo la prensa el medio que en mayor medida hizo uso de este tratamiento informativo, aunque la diferencia con la televisión fuera pequeña atendiendo al tamaño del efecto. Se reafirma, por tanto, la idea de que los periódicos tienden a enfatizar las diferentes posturas existentes dentro del debate en una búsqueda quizá para eliminar el posible sesgo periodístico, aunque también puede ser debido a las dinámicas informativas de cada periódico o incluso el mayor espacio con el que se suele contar para narrar la información. Con todo, este hallazgo debe ser revisado a través de un análisis pormenorizado del tratamiento informativo de los diferentes periódicos y televisoras, para determinar si realmente se trata de un patrón común en la práctica periodística.

Adicionalmente, la cuarta pregunta de investigación planteaba la cuestión de si se dieron diferencias en el uso de ambos encuadres entre las dos campañas electorales estudiadas. Los hallazgos del estudio permiten concluir que ambos encuadres tendieron a incrementarse sensiblemente en la campaña de 2021, en comparación con la presidencial de 2018; un incremento que se manifestó especialmente en el caso del uso del encuadre de conflicto. Al respecto, resulta interesante observar cómo en la elección de 2021, donde estaba en juego la composición de la Cámara de Diputados ‒una elección donde se suele diluir el foco informativo en muchas candidaturas‒, presentó sin embargo una mayor prevalencia del encuadre de conflicto que la campaña de 2018, donde estaba en juego la presidencia de la república y, por tanto, una mayor personalización y foco de la cobertura en pocos candidatos, donde sería más natural que se presentara en mayor medida el conflicto. Este resultado pone de manifiesto cómo una campaña intermedia puede concitar mucho enfrentamiento, quizá tomando en consideración que sus resultados pueden ser interpretados como un termómetro del nivel de apoyo ciudadano que está teniendo la gestión presidencial.

Finalmente, se buscó dar respuesta a la quinta pregunta de investigación que planteaba la duda acerca de si el año de la campaña electoral estudiada tenía algún efecto de moderación en el uso de ambos encuadres por parte de los medios de comunicación. Al respecto, en ambos frames se detectó un patrón similar, pues su utilización por parte de los medios no difirió en la campaña de 2021, mientras que en la campaña de 2018 fue siempre la prensa la que hizo un uso más extenso de ambos enfoques. Esto pone de manifiesto, de nuevo, cómo la campaña federal de 2021 suscitó una cobertura periodística con mayor énfasis en el debate y la confrontación políticas, con independencia del medio analizado. Además, se concluye que, independientemente de la campaña electoral estudiada, el valor noticia innato al conflicto permanece fijo en la rutina periodística a la hora de elaborar la información de la política, lo que en todo caso se enfatiza en una campaña donde la gestión política del gobierno en turno se ve sometida a escrutinio público.

Con independencia de los hallazgos antes descritos, cabe recordar que estos resultados deben ser contrastados con otros estudios que evalúen el tratamiento informativo que se realice en futuras campañas electorales federales en México. Y es que, si bien parece que los mismos se enmarcan en el habitual uso mediático del encuadre de conflicto para dar cobertura a las campañas electorales y la política que se ha detectado a nivel internacional, el estudio del framing no debe realizarse sin atender al contexto cultural donde se ha presentado la información, en línea con lo sugerido recientemente por Rodelo (2020). Además, más allá del análisis de la cobertura de las elecciones donde la confrontación política tiende a aumentar, sería importante que también se evaluara el uso de ambos encuadres noticiosos en la cobertura de la gestión diaria gubernamental y legislativa, donde es posible que el encuadre de debate y acuerdo político emerja con mayor profusión en los contenidos informativos. Al respecto de esta temática existen lagunas en la investigación realizada en el contexto mexicano, lo que permite visualizarla como una atractiva línea de trabajo.

Notas al pie:
  • Cómo citar este artículo:

    Muñiz, C. (2022). Cuando el debate se conecta con el ataque. Presencia del conflicto en el tratamiento informativo de las elecciones federales mexicanas de 2018 y 2021. Comunicación y Sociedad, e7841. https://doi.org/10.32870/cys.v2022.7841

Agradecimientos

  • Se agradece a los colaboradores del equipo de investigación por su apoyo en la codificación de las noticias, así como a los revisores anónimos por sus valiosas sugerencias para mejorar este artículo.

  • Fondos

  • Esta investigación fue financiada con el proyecto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) titulado “Análisis de la cobertura mediática de las campañas electorales y su impacto en la desafección política y el compromiso democrático ciudadano” (Clave 280739).

Referencias bibliográficas
  • Bartholomé, G., Lecheler, S. & de Vreese, C. H. (2018). Towards a typology of conflict frames. Substantiveness and interventionism in political conflict news. Journalism Studies, 19(12), 1689-1711. https://doi.org/10.1080/1461670X.2017.1299033
  • Bjarnøe, C., de Vreese, C. H. & Albæk, E. (2020). The effect of being conflict non-avoidant: linking conflict framing and political participation. West European Politics, 43(1), 102-128. https://doi.org/10.1080/01402382.2019.1572334
  • Cohen, J. (1988). Statistical power analysis for the behavioral sciences. Lawrence Erlbaum.
  • Colvin, R. M., Bradd Witt, G., Lacey, J. & McCrea, R. (2020). The role of conflict framing and social identity in public opinion about land use change: An experimental test in the Australian context. Environmental Policy and Governance, 30(2), 84-98. https://doi.org/10.1002/eet.1879
  • de Vreese, C. H. (2012). New avenues for framing research. American Behavioral Scientist, 56(3), 365-375. https://doi.org/10.1177/0002764211426331
  • de Vreese, C. H. (2014). Mediatization of news: The role of journalistic framing. En J. Strömbäck & F. Esser (Eds.), Mediatization of politics. Understanding the transformation of western democracies (pp. 137-155). Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1057/9781137275844_8
  • Dimitrova, D. V. & Strömbäck, J. (2012). Election news in Sweden and the United States: A comparative study of sources and media frames. Journalism, 13(5), 604-619. https://doi.org/10.1177/1464884911431546
  • Entman, R. M. (1993). Framing: Toward clarification of a fractured paradigm. Journal of Communication, 43(4), 51-58. https://doi.org/10.1111/j.1460-2466.1993.tb01304.x
  • Ergün, E. & Karsten, N. (2019). Media logic in the coverage of election promises: comparative evidence from the Netherlands and the US. Acta Politica, 56, 1-25. https://doi.org/10.1057/s41269-019-00141-8
  • Freidenberg, F. & González Tule, L. (2009). Estrategias partidistas, preferencias ciudadanas y anuncios televisivos: Un análisis de la campaña electoral mexicana de 2006. Política y Gobierno, 16(2), 269-320. http://www.politicaygobierno.cide.edu/index.php/pyg/article/view/205
  • Galais, C. (2018). Conflict frames and emotional reactions: a story about the Spanish Indignados. Journal of Elections, Public Opinion and Parties, 30(4), 446-465. https://doi.org/10.1080/17457289.2018.1550416
  • Gerth, M. A. & Siegert, G. (2012). Patterns of consistence and constriction: How news media frame the coverage of direct democratic campaigns. American Behavioral Scientist, 56(3), 279-299. https://doi.org/10.1177/0002764211426326
  • Gronemeyer, M., del Pino, M. & Porath, W. (2019). The use of generic frames in elite press: Between conflict, neutrality, and an empowered journalist. Journalism Practice, 14(8), 954-970. https://doi.org/10.1080/17512786.2019.1665473
  • Lengauer, G., Esser, F. & Berganza, R. (2012). Negativity in political news: A review of concepts, operationalizations and key findings. Journalism, 13(2), 179-202. https://doi.org/10.1177/1464884911427800
  • Lozano, J. C., Cantú, J., Martínez, F. J. & Smith, C. (2012). Evaluación del desempeño de los medios informativos en las elecciones de 2009 en Monterrey. Comunicación y Sociedad, (18), 173-197. https://doi.org/10.32870/cys.v0i18.195
  • Matthes, J. (2012). Framing politics: An integrative approach. American Behavioral Scientist, 56(3), 247-259. https://doi.org/10.1177/0002764211426324
  • Martínez Garza, F. J. & Maltos, A. L. (2019). La elección federal en telediarios públicos. Revista Mexicana de Opinión Pública, 14(27), 79-93. https://doi.org/10.22201/fcpys.24484911e.2019.27.68549
  • Muñiz, C., Saldierna, A. & Marañón, F. (2018). Framing of electoral processes: The stages of the campaign as a moderator of the presence of political frames in the news. Palabra Clave, 21(3), 740-771. http://dx.doi.org/10.5294/pacla.2018.21.3.5
  • Rodelo, F. V. (2020). Factores antecedentes de los encuadres de juego estratégico y temático en la cobertura de campañas electorales locales en el contexto mexicano. Comunicación y Sociedad, e7643. https://doi.org/10.32870/cys.v2020.7643
  • Schuck, A. R. T. (2017). Media malaise and political cynicism. En P. Rössler, C. A. Hoffner & L. van Zoonen (Eds.), The international encyclopedia of media effects (pp. 1-19). Wiley. https://doi.org/10.1002/9781118783764.wbieme0066
  • Schuck, A. R. T., Vliegenthart, R., Boomgaarden, H. G., Elenbaas, M., Azrout, R., van Spanje, J. & de Vreese, C. H. (2013). Explaining campaign news coverage: How medium, time, and context explain variation in the media framing of the 2009 European parliamentary elections. Journal of Political Marketing, 12(1), 8-28. https://doi.org/10.1080/15377857.2013.752192
  • Schuck, A. R. T., Vliegenthart, R. & de Vreese, C. H. (2016). Who’s afraid of conflict? The mobilizing effect of conflict framing in campaign news. British Journal of Political Science, 46(1), 177-194. https://doi.org/10.1017/S0007123413000525
  • Semetko, H. A. & Valkenburg, P. M. (2000). Framing European politics: a content analysis of press and television news. Journal of Communication, 50(2), 93-109. https://doi.org/10.1111/j.1460-2466.2000.tb02843.x
  • Sevenans, J. & Vliegenthart, R. (2016). Political agenda-setting in Belgium and the Netherlands. Journalism and Mass Communication Quarterly, 93(1), 187-203. https://doi.org/10.1177/1077699015607336
  • Strömbäck, J. & Dimitrova, D. V. (2006). Political and media systems matter: A comparison of election news coverage in Sweden and the United States. The International Journal of Press/Politics, 11(4), 131-147. https://doi.org/10.1177/1081180X06293549
  • Trussler, M. & Soroka, S. (2014). Consumer demand for cynical and negative news frames. The International Journal of Press/Politics, 19(3), 360-379. https://doi.org/10.1177/1940161214524832
  • Walgrave, S., Sevenans, J., Van Camp, K. & Loewen, P. (2018). What draws politicians’ attention? An experimental study of issue framing and its effect on individual political elites. Political Behavior, 40, 547-569. https://doi.org/10.1007/s11109-017-9413-9
Historial:
  • » Recibido: 03/06/2020
  • » Aceptado: 22/11/2021
  • pub: 12/01/2022
  • » : 10/09/2022» : 2022Jan-Jun